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Jul 31, 2023
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El ‘detective’ que ha sacado a la luz a nuestros ancestros: “Si los humanos estamos aquí ahora es por nuestra cultura, no por nuestra evolución biológica”

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Tim White, una leyenda de la paleontología, se ha mudado a Burgos, donde ahora estudia los fósiles de Atapuerca para comparar cómo nuestros ancestros evolucionaron en África y Europa hasta convertirse en humanos modernos: “Para sobrevivir como especie, necesitamos un plan B”, sostiene.

Afortunadamente, Tim White (Los Angeles, 1950) no hizo caso al asesor escolar que a los 12 años le dijo que era inaceptable dedicarse a buscar dinosaurios. Aquel niño que recogía fragmentos de cerámica y otros artefactos en antiguos campamentos indios y cazaba pequeños reptiles en las montañas de la sierra de San Bernardino, en California, acabó convirtiéndose en una auténtica leyenda de la paleontología.

No exageramos. Tim White es a esta rama de la ciencia lo que una estrella de rock es a la música. Pero en lugar de dinosaurios, se dedica a sacar a la luz a nuestros ancestros y a intentar comprender qué nos hace humanos. Ha desenterrado o participado activamente en el estudio de algunos de los fósiles más importantes y famosos de la humanidad, como Ardi Lucy, de los que ahora hablaremos.

Tras jubilarse como profesor de la Universidad de California en Berkeley puede centrarse en sus investigaciones en África -en noviembre volverá a Etiopía- y en Turquía, aunque ahora el análisis de los fósiles de Atapuerca ocupa buena parte de su tiempo. Y es que White se ha mudado a Burgos para estudiar de primera mano en el Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH) los fósiles del que define como “un yacimiento icónico en el mundo, no hay otro lugar así”, señala durante una entrevista en el Museo Arqueológico Nacional, en Madrid, donde formó parte del Jurado del III Premio Nacional de Arqueología y Paleontología concedido por la Fundación Palarq.

El científico californiano asegura estar encantado con la vida que lleva en Burgos con su esposa, la también paleontóloga Leslie Hlusko, especializada en dentición, y su hija de 12 años: “Fue mi mujer, que es mucho más que joven yo y profesora en la Universidad de Berkeley, la que decidió que viniéramos a Burgos, y yo por supuesto la hice caso”, dice riendo. “Es una ciudad en la que la herencia cultural es una prioridad, la catedral, Atapuerca, la gastronomía…Es bonita, pequeña, tranquila, y muy bien cuidada”. En Burgos, asegura, se dio cuenta de la liberación que supone no necesitar el coche: “Piensa que yo nací en 1950 y soy de cerca de los Ángeles, así que cuando era un adolescente, el coche era el rey y el surf el deporte que había que practicar”, recuerda el director del Centro de Investigación de la Evolución Humana de Berkeley (California).

Pero sobre todo, como repite durante varios momentos de la entrevista, está “feliz de poder trabajar con Juan Luis Arsuaga, José María Bermúdez de Castro y Eudal Carbonell, codirectores de Atapuerca, y con María Martinón-Torres, directora del CENIEH, además de con todos los jóvenes investigadores que están haciendo un trabajo increíble. Eso sí, ya les he dicho que yo no excavo, soy un observador y me encanta que sean ellos los que encuentren los fósiles”, bromea White, que asegura sentirse impresionado por lo que está viendo también en otros yacimientos de nuestro país. “La paleontología española es un ejemplo para todo el mundo de cómo deben hacerse las cosas”, asegura. “El objetivo que teníamos mi mujer y yo era poder trabajar con mis colegas en un ambiente realmente excelente para la ciencia, y eso es lo que han conseguido en el CENIEH”.

Tim White posa en el Museo Arqueológico Nacional, en Madrid
Tim White posa en el Museo Arqueológico Nacional, en MadridALBERTO DI LOLLI

Son prácticas de investigación y formas de divulgación al público que le gustaría que imitaran países como Etiopía, en los que ha hecho algunos de los mayores descubrimientos de la evolución humana, y donde codirige el proyecto Middle Awash. Entre 1992 y 1994 desenterró allí el esqueleto de Ardi y de otros miembros de la especie Ardipithecus ramidus que, con 4,4 millones de años, se considera nuestro ancestro más antiguo. Antes, entre 1977 y 1978, estudió los fósiles de Lucy, la Australopithecus afarensis que hace 3,2 millones de años ya caminaba erguida y que es considerada la madre de la humanidad (la encontraron en 1974 el antropólogo Donald Johanson y su asistente Tom Gray).

Ardi Lucy, los dos famosos miembros de la familia humana, se descubrieron en Etiopía. Pero es que a los 24 años White ya estaba en Tanzania ayudando a la paleontóloga Mary Douglas Leaky a estudiar las huellas de Laetoli, las pruebas del paseo más famoso de la humanidad: las dejaron tres australopithecus afarensis que ya caminaban erguidos hace 3,7 millones de años, por lo que constituyen la evidencia más antigua de bipedismo.

Como explica el paleontólogo, la evolución no tuvo lugar de la misma forma en todos los sitios ni en las mismas épocas: “Una de las cosas que intentamos averiguar es qué pasaba en Europa en la misma época que en África. Para entender de dónde vienen los humanos podemos usar diferentes tipos de pruebas, como los fósiles o la genética. La especie humana surgió en África y se expandió desde allí probablemente hace entre 50.000 y 70.000 años, y una pregunta fascinante es cuándo entraron en contacto con los neandertales. Se ha especulado mucho sobre ello, y se han escrito muchos libros, pero necesitas pruebas. Atapuerca tiene muchos depósitos y en África tenemos pruebas de la presencia de humanos modernos hace 100.000 años o 160.000 años”.

White encontró en Etiopía en 1997 (y anunció en 2003) fósiles de humanos modernos, que bautizó como Homo sapiens idaltu (el hombre de Herto), de hace unos 160.000 años. Fueron considerados los fósiles más antiguos de humanos modernos hasta que en 2005 se volvieron a datar unos huesos conocidos como Omo I y Omo II (los hombres de Kibish) que habían sido descubiertos en los años 60 por Richard Leakey. Resultó que eran más antiguos de lo que se había estimado, con una antigüedad de 195.000 años. En 2017, se descubrieron en Marruecos los fósiles de Jebel Irhoud 10 y 11, de hace 315.000 años, que también han sido atribuidos a sapiens modernos. Recordemos que en el mundo de la paleontología suele haber mucho debate y fuertes discrepancias entre científicos sobre la datación y clasificación de los fósiles en distintas especies.

-Usted que ha examinado tantos fósiles de la familia humana en distintos periodos, ¿qué es lo que verdaderamente nos hace humanos?

“La cultura”, dice White. Esa es la respuesta corta porque como expone, hay dos formas de contestarla.

“Anatómicamente la respuesta es fácil porque hay características, sobre todo en nuestra cabeza, nuestro mentón, la estructura facial… que nos distinguen fácilmente a los humanos modernos de los neandertales, del Homo erectus o de cualquier otra especie. Cuando encontramos los fósiles en Etiopía de (Homo sapiens idaltu) de hace 160.000 años tenían rasgos anatómicamente humanos. Ahora hemos encontrado fósiles más modernos, de hace 100.000 años, prácticamente con el mismo esqueleto, que todavía no hemos publicado. Hemos hallado a múltiples individuos, muchos dientes que estamos comparando con los de otras zonas”, adelanta. La otra dimensión es el comportamiento: “¿Y cómo sabemos cómo se comportaban? Por los huesos y las herramientas”, señala.

Los yacimientos, explica, “no pueden ofrecernos un vídeo sobre la evolución humana pero sí snapshots o instantáneas, y eso es lo que nos está dando Atapuerca. Necesitas fósiles a lo largo de mucho tiempo. En un solo sitio, Atapuerca tiene ventanas a periodos muy distintos. En Etiopía, el registro está fragmentado por los movimientos de tierra, pero tenemos una secuencia que va más atrás que en Atapuerca. Ahora tenemos esos nuevos fósiles hallados en Etiopía de humanos modernos de hace 100.000 años, tenemos muchas herramientas de piedra, los animales… y podemos entender el medio ambiente. Tenemos una foto de los sapiens anatómicamente modernos“.

'Ardi' (izquierda) y 'Lucy' (derecha) son dos antiguos y famosos  miembros de la familia humana hallados en Etiopía.
‘Ardi’ (izquierda) y ‘Lucy’ (derecha) son dos antiguos y famosos miembros de la familia humana hallados en Etiopía.

Pero todavía no han podido responder a la pregunta fundamental, porque al fin y al cabo, los paleontólogos como White son los detectives de la evolución humana. El caso que intenta resolver es de dónde venimos, y con sus descubrimientos, ha ido viajando en el tiempo, acercándose a la criatura que fue el ancestro común entre chimpancés y humanos antes de que surgieran esas dos líneas evolutivas. Algo que según detalla, ocurrió seguramente hace entre seis y siete millones de años: “Aún no hemos encontrado esa criatura pero yo tengo esperanzas de que la que encontraremos”. El lugar, será África, por supuesto. “La pregunta sobre cómo era nuestro ancestro común no la podremos responder hasta que lo encontremos. Y va a ser difícil reconocerlo, porque cuanto más nos alejemos más se va a parecer a un primate”, admite. Ardi (4,4 millones de años de antigüedad), del que se han encontrado huesos de muchos ejemplares, es ancestro confirmado más cercano que tenemos a ese momento en el que se produjo esa división. Hay ejemplares que han sido datados con una mayor antigüedad, de hasta seis millones de años, pero con muy pocos fósiles representativos, según destaca White: “Si me das una caja de zapatos cabrían todos allí”, señala.

Lo interesante de esa criatura que existió antes de que la línea evolutiva se dividiera “es que con la excepción de Darwin, todos imaginaban que el ancestro común era como un chimpancé, y no lo era. El chimpancé está altamente especializado, enormes dientes frontales, mandíbula muy proyectada… tienen una anatomía muy diferente”, resume.

Y esa, afirma, “es precisamente la belleza de la paleontología, el gran misterio que hay sobre el mundo del pasado, que todavía no ha emergido del todo. Sólo podemos encontrar huellas preservadas”.

Recreación de 'Ardi', el ancestro de hace 4,4 millones de años que descubrió Tim White
Recreación de ‘Ardi’, el ancestro de hace 4,4 millones de años que descubrió Tim WhiteScience

Con una merecida fama de ser muy meticuloso -estuvo más de 15 años describiendo la especie de Ardi-, le preguntamos cómo vive la presión actual que existe ahora para que los científicos publiquen en revistas científicas muchos papers (estudios), y rápidamente. “Es la mayor amenaza para la paleontología, es un fenómeno que sufrimos en todo el mundo, un poco menos en Japón. Y se debe que a que los administradores no están familiarizados con el mundo de la ciencia y han adoptado la visibilidad en internet para determinar lo que tiene calidad, lo cual es insostenible. Te promocionan en función de lo que publiques y me preocupa mucho ver cómo afecta a los jóvenes. Cuando intento imaginarme a mí mismo al empezar mi carrera, la manera en la que aprendía cosas, no podría hacerlo ahora porque me forzaría a tomar atajos para hacer ciencia. Vemos ejemplos de esto continuamente. Hay demasiada basura en internet, entra basura y sale basura, a gran velocidad. Cada semana hay muchísimos artículos, y la ciencia se está convirtiendo en un entretenimiento. Es algo que tenemos que parar, pero realmente no es cuál es la solución”, admite preocupado.

-Y usted que es experto en evolución, ¿cree que nos adaptaremos al cambio climático y a otras amenazas?

Si estamos aquí ahora y existimos como especie ha sido por nuestra cultura. No hemos sobrevivido por nuestra evolución biológica, especialmente desde el Paleolítico. Este problema del cambio climático es una creación de nuestra cultura, estamos quemando combustibles fósiles, y todos los indicadores muestran que el ritmo es insostenible. La verdadera cuestión que debemos afrontar como especie es cómo lograr ser sostenibles. A no ser que lo consigamos, no tendremos una biosfera como la que tenemos ahora. En el pasado ha habido ciclos, con momentos de glaciación o calentamiento, pero la velocidad a la que está ocurriendo, y lo que lo está causando, no se debe a un ciclo de la naturaleza. Sólo hay un animal responsable de esto. Para sobrevivir, lo más sabio es tener un plan B pero ni siquiera parece que se pongan de acuerdo en que hay un problema.

Fuente: www.elmundo.es

Article Categories:
Desarrollo evolutivo
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