“Algunos osados pioneros en la aplicación de las leyes de la energía con diversos efectos benéficos para la salud, equilibrio y avance del hombre, han reencontrado algunas claves que preparan al ser para aprovechar estos impulsos de elevación vibratoria planetaria para beneficio de la humanidad. Estos seres, debido al rango de frecuencia en que se mueven —que es de alta vibración, ocasionado por el uso correcto que han dado a su campo energético, resultado de experiencias espirituales transformadoras— han sido los primeros en experimentarlas; y por radiación han influido en la transmisión de las técnicas adecuadas. Hoy, estos individuos se mueven entre la humanidad, aparentemente mimetizados, puesto que lo invisible no está al alcance de los sentidos físicos y de la comprensión intelectual. Por lo tanto, deben sufrir los ataques y descalificaciones de los que no pueden asimilar estos avances de transformación. Es el destino de los soñadores de las grandes realidades. Es el precio de la limitación creativa y de entendimiento que da al ser humano el uso parcial del cerebro. Gracias a unos pocos se van tejiendo los grandes avances.
Son los precursores de las profesiones del siglo XXI. Tal como Benjamín Franklin descubre la electricidad sin haber pasado por estudios universitarios pertinentes, y da lugar a lo que hoy son las profesiones de categoría descritas como ingeniería eléctrica, o electrónica, para las cuales se requiere esfuerzo y preparación por años. Así, Einstein sueña la teoría de la relatividad, produciendo un cambio cuántico en la investigación y en el campo de la física, llevando a los estudiosos denominados "científicos" a laborar a partir de la base de este descubrimiento. Ninguno de los "padres" de la ciencia y de la tecnología actual han sido grandes "profesionales" destacados, y siempre su aporte ha tenido su punto de partida en lo invisible. Precisamente a causa de las alzas vibratorias de nuestro planeta, hoy las puertas de conexión con la sabiduría superior se han abierto anchas para permitir a los que sintonizan con esos espacios, precisamente traer estas nuevas experiencias que modificarán la existencia de la humanidad para llevarla a la instauración de un nuevo sistema de cosas. Pero, como siempre, la historia se repite y lo nuevo demora en ser absorbido por la masa pensante, para pasar primero por el descrédito, la burla a veces y la descalificación por no detentar el "pase" de lo aceptado por las estructuras culturales del momento. Así ocurrió con Cristóbal Colón, quien desechó los esquemas imperantes de que la Tierra era cuadrada, para entrar en la CERTEZA DE LO INVISIBLE y llegar a una nueva tierra. Tuvo mejor suerte que Galileo Galilei, que ante su condena reafirmó: "Y sin embargo se mueve" para anunciar que la Tierra gira en torno al sol. Esta vez les corresponde a estos pioneros de la nueva edad sufrir los embates de la corriente de los ríos que circula hacia abajo de las montañas, mientras, con riesgo a veces de sus vidas, remontan contra su caudal. Pero ahora, todo tiende a ser más rápido, y algo más fácil. Gracias a estas nuevas y más asiduas descargas energéticas, elevadoras, la humanidad despierta a esta nueva comprensión aceleradamente; es una lucha de sobrevivencia: o se sintonizan con esta elevación o sucumben a los efectos de resistencia. Como dijo André Malreaux: "El siglo XXI será espiritual o no será".
(Texto del libro: “El Cielo está abierto”, de Fresia Castro, otra de las relatoras de MCA Festival 2017. Periodista especializada en el área Científica, con Post Grado en Culturas Precolombinas y Máster en Artes. Escritora, Impulsadora del Rol Espiritual y Cultural Ancestral de América Latina. Creadora del Método Cyclopea, de Activación Interna de la Glándula Pineal, con más de 30 años de investigación y expansión benéfica. Hoy viaja dictando Conferencias y Cursos avanzados por distintos países de América Latina y Europa.)
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